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La humanidad lleva milenios hablando, estudiando y reinventando la pesca artesanal. En nuestra modernidad, hemos adoptado mecanismos de ordenación y gestión pesquera aludiendo a la imperiosa necesidad de recuperar y mantener los recursos marinos. Todo esfuerzo y sacrificio parece poco para el fin último de la ansiada sostenibilidad. Concepto clave y mantra inevitable de los gestores ambientales y las entidades gubernamentales.

Es, la sostenibilidad, un concepto noble y bienintencionado, cuando sus tres elementos irrenunciables de protección medioambiental, crecimiento económico y desarrollo social se conjugan en un perfecto equilibrio. Pero por desgracia, los actuales modelos de gestión pesquera han primado la protección medioambiental y la mercantilización industrial de los derechos de pesca, frente al desarrollo social y económico de los pueblos costeros que tradicionalmente han ejercido la pesca artesanal.